4.1.09

Pensamientos

‘Tomaré la noche como una descarga, y sus palabras como dichas por el alcohol.... Sus caricias las guardaré en una cajita, por si algún día me siento necesitada de amor... Esas eran especiales.... Guardaré su mirada en mi corazón, pues de ahí nadie podrá sacarlas nunca... Y..... Dejaré la noche aparcada en un rincón...’

No tuvo motivos para llorar, y si los había ya no tenía lágrimas. El dolor sufrido días atrás le había dejado completamente desilusionada con la vida. Pero no quería morir, existían muchas cosas todavía por las que valía la pena luchar, aunque en ese momento todo le daba igual, en el fondo de su corazón no quería dejar atrás muchas cosas. Pensaba en la gente a la que quería y que le querían, se le partía el corazón de sólo pensar en su sufrimiento.
Vio cómo todas sus ilusiones y sus sueños se morían poco a poco, como se quedaba sin esperanzas. Todas las puertas que creía abiertas se le cerraban en las narices, y no entendía las razones. Se encerró en su propio mundo, en un hueco infinito con la salida cerrada con llaves, y pensó no salir jamás. Lo que no sabía es que había una copia, alguien sabía que estaba allí y no dejaría que se quedara sola, de que muriera su alma aunque su corazón siguiera latiendo. Y apareció un día, sin decir nada, y con un simple gesto le tendió su mano y la convenció de salir de allí... Y la sacó, aún había cosillas que enmendar, pero al menos le había arrancado una sonrisa, y eso le hizo feliz.
Ninguno sabía que extraña sensación, que tan inexplicable sentimiento les tenía tan unidos, pero, aunque quisieran negarlo se necesitaban, aunque lo evitaran, sabían de la confianza, de que podían contar el uno con el otro incondicionalmente.
Y se abrió una puerta, una esperanza comenzó a florecer, y ya no estaba sola, aunque todavía tenía miedo, y sólo pensar le sacaba una sonrisa. Eran cómplices, y nadie lo sabía, tenían secretos, sólo de ellos. Una mirada indiscreta demostraba que estaban ahí, y que estaban bien.

Sola, silencio, espanto. Se sienta a escribir, para no perder el tiempo, no hay mucho más que hacer. Intenta comenzar una historia, pero no sabe cómo hacerla, qué decir, qué contar. Piensa y no le salen las palabras. Muy pocas cosas emocionantes en su vida como para tener imaginación para inventarse algo, o simplemente... Hacer su historia.
Hay días que se siente morir, que le da por pensar que la vida ya no tiene sentido, y no sabe para qué vivir. Pero tiene una ilusión, un sueño, que aunque a veces le parece inalcanzable es lo que le da fuerzas para levantar la mirada. Su vida se ha hecho un círculo, como una rotonda por la que gira alrededor. Quiere soñar para olvidar un poco, pero no es tan fácil, la realidad es más fuerte aún y la despierta. Pero ve una luz, es su ilusión, es esa gota de agua que poco a poco va haciendo crecer su esperanza. Y ese detalle le saca una sonrisa de los labios, y la hace feliz, le brillan los ojos, y tiembla. Su vida es muy monótona, por ello aún sigue sentada sin saber lo que va a hacer, sin saber qué escribir sobre ese papel en blanco.

Está pensando...¿Qué le pasará por la cabeza?,¿Serán historias de príncipes azules o de dragones enfrentados por el calor de su fuego? No hace línea alguna, pero sonríe¡¡¡¿Qué pasa por su cabeza?!!! ¿Que ideas tiene? Daría un centavo por sus pensamientos, pero es imposible, no dirá nada, si algo tiene es que es reservada , y mucho, le cuesta hablar de sí, de sus cosas. Yo le conozco un secreto, pero por favor, no se lo digas a nadie: No le gusta que la gente la vea llorar, y menos los hombres. Sólo dos chicos en su vida la han visto llorar amargamente, pero no puedo decir nombres, es un secreto.

Y bajo la luz de la luna le besó. Y el sabor de sus labios le trajo recuerdos que pensaba había olvidado. Apartó rápidamente su cuerpo y creó una distancia infinitamente grande, de casi un metro. Le miró sorprendida, defraudada, con un miedo en el cuerpo indescriptible. No supo si correr o gritar, si quedarse callada o decirle las tantas cosas que lo pasaron por la cabeza en ese instante, tantas cosas hermosas y a la vez casi desagradables; y quiso morir, pero no lo hizo, y sólo con la fuerza de su corazón se mantuvo en pié, no podía decaer, tenia que ser fuerte y enfrentarse con valor a esa situación, no podía pasar nuevamente por lo mismo, NO! Una lágrima indiscreta corrió por su mejilla, él instintivamente quiso abrazarla, pero ella lo apartó; se sentía bien, era una hermosa sensación, pero a la vez no quería saber nada..., no quería sentir aquellas cosquillas en su tripa, no quería volver a ver volar mariposas, no quería ... No, y punto!!! Pero lo sentía, y eso la hacía sentirse cada vez más miserable... Ya lo había sentido antes, y gracias a eso había perdido todas las lágrimas, sólo le quedaba ese sabor amargo que había sentido en aquellos labios, en aquellos carnosos labios que tanto deseaba. ¿Qué era lo que sentía?, ¿Qué rara sensación le hizo recordar tanto? Levantó la mirada al fin, le miró y su cara expresaba ese miedo inmenso de no saber que hacer ni que decir... Le tenía delante, y sus manos se morían por abrazarle, sus labios por besarle, su cuerpo por sentirle... Pero ella no sabía bien que hacer. Le miró a los ojos y se dio cuenta que él la miraba atónito, su mirada reflejaba el miedo a abrazarla nuevamente y ser despreciado. Al final ella no dijo palabra, llorando como chiquilla se lanzó a sus brazos, le abrazó tan fuerte que creyó quedarse sin aliento, pero era feliz, supo al fin que no hacía falta decir nada, no existían palabras que llenaran ese momento, estaba enamorada, y dispuesta a enfrentarlo...

A veces en la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo, sino también sin esperanz (Alessandro Pertini).

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